Francisco Reynés, máximo responsable de la nueva Gas Natural, desgrana los planes de la compañía y sus aspiraciones en el agitado mapa europeo de la energía en la primera entrevista que concede desde que accedió a la presidencia de Naturgy, publicada en la edición impresa de EXPANSIÓN.
«La promesa de dividendo es un compromiso y una demostración de una filosofía muy sana en una industria como esta, que genera tanta caja». En ausencia de operaciones corporativas y «siempre que pueda mantenerse un nivel de endeudamiento razonablemente soportable, que es nuestro caso, lo mejor es devolver el dinero que le sobra a los accionistas», ha afirmado Francisco Reynés.
CVC entró este año en Naturgy junto a Corporación Alba (familia March) con la compra del 20% que le quedaba a Repsol. GIP entró con otro 20% hace dos años. El primer accionista sigue siendo La Caixa, con el 24%, y Capital Group ha emergido con más del 3%.
«No ha habido ninguna exigencia por parte de nadie, y el dividendo no es para calmar a los accionistas. Ya están calmados», dice Francisco Reynés, que insiste en que en ausencia de proyectos, «debes dejarles el dinero a los accionistas para que decidan ellos donde lo invierten mejor».
El dividendo «nos sale como consecuencia de este análisis». Además, del dividendo se benefician todos los accionistas, incluidos los «80.000 minoritarios» de Naturgy.