El pasado 6 de febrero, Francisco Reynés era designado de forma unánime presidente ejecutivo de Gas Natural Fenosa (ahora Naturgy), primera gasista en España y tercera eléctrica.
Tal y como recoge hoy Miguel Ángel Patiño en el diario Expansión, Francisco Reynes es un directivo que ha hecho del relanzamiento de empresas su sello personal. Nueva marca, nuevos accionistas, nuevo plan estratégico, nueva estructura de la cúpula directiva y nuevo orden en el consejo.
“No es verdad que yo le haya dado la vuelta a la empresa”, afirmaba Francisco Reynés durante su primera entrevista concedida a este mismo medio. “La empresa estaba más preparada de lo que parecía”.
Sin embargo, no es la primera vez que Francisco Reynes toma las riendas de una empresa y la resetea de modo que se le saque el máximo rendimiento. Lo hizo en Abertis desde su posición de consejero delegado hasta convertirla en una de las mayores compañías de infraestructuras del mundo, y en un negocio tan atractivo que daría lugar a un largo conflicto entre Atlantia y ACS para hacerse con ella.
Ahora en Naturgy, se presenta con un ambicioso Plan Estratégico para 2022 centrado en dos objetivos financieros: alcanzar un EBITDA de 5.000 millones y un beneficio neto de 1.800 millones de euros.
Sin embargo, destaca entre las principales novedades que ha traído Francisco Reynés a Naturgy el incremento en el dividendo a cargo de los resultados de 2018 un 30% hasta los 1,30 euros por acción. Esta retribución al accionista se reforzará hasta 1,37 euros en el 2019; 1,44 en el 2020; 1,51 en el 2021 y 1,59 en el 2022. En total serán 6.900 millones de euros dedicados a dividendos durante el periodo. Una cifra a la que se sumarán otros 2.000 millones en recompra de acciones si ninguna operación corporativa, de las que puedan estudiar durante el periodo, cumple con los requisitos de rentabilidad y valor para el accionista que se ha marcado la compañía.